jueves, 9 de septiembre de 2010

The same old story.

No hay nada como sentir que se ha perdido algo para echarlo de menos.

Hay veces, justo cuando más lo necesitas, que no hay nada. No hay nada en la tele, no hay nadie con quién poder hablar, no hay música que escuchar porque todas y cada una de las canciones te recuerdan a él, no hay nada que leer, no hay vecinos a los que espiar y no puedes ahogar tu pena y rabia en comida porque… porque no. No es sábado y no puedes irte de fiesta y bailar hasta que salga el sol; y tampoco son horas porque suele ser bien entrada la noche, cuando estamos en nuestra cama tendidos, agotados, pero sin poder dormir, cuando todos nuestros pensamientos, nuestros problemas, ínfimas cosas en las que no habíamos parado a pensar en todo el día… se agolpan en nuestra mente en un segundo. Y lo que más desearías en ese momento es poder dormir, relajarte, soñar… pero no puedes. Y ésta es una de esas veces que, justo cuando más lo necesitas, no hay nada. Te tienes a ti, y ante una mala noticia como la recibida ese día y sin nada más que te consuele o distraiga, no tienes nada más que unas palabras en tu mente, breves, pero intensas, que, al fin y al cabo, son mejor que nada.

“Vamos, lo que sea será, soy fuerte. Brillo por mi propia luz, losé. Creo en mí. No debería esperar por nada, ni por nadie. No debería esperar momentos de felicidad, debería salir ahí afuera, buscarlos, perseguirlos y atraparlos. Sí, eso haré. Aunque, en este caso, será diferente. Serás tú el que me tendrá que lograr atrapar a mí. Vamos, ven, juntos podremos alcanzar la felicidad en estado puro. Y si no, no pasa nada. Mira que no hay gente por conocer en el mundo, historias que compartir, besos que saborear, y gente dulce. Gente amable, ociosa, divertida, tímida, sin complejos, sin miedos, respetuosos. Simplemente gente. Y, entre todos ellos, una persona dulce, una persona que resaltará entre los demás, que encajará a la perfección conmigo, como si de un todo se tratase. Amor verdadero. Qué bien suena. Pero no hay prisa, no. Yo mientras seguiré volcada en mi ardua tarea: La búsqueda de la felicidad.
Aunque una cosa está clara, la felicidad en estado puro no se encuentra en el mismo bar de siempre, con la misma gente de siempre y las conversaciones monótonas de a diario. La felicidad en estado puro, la realización como persona y el sentimiento de saber con toda certeza que estás saboreando la vida se encuentra en momentos irrepetibles; en un día a día intenso. La felicidad se trata de amanecer emocionado y radiante, sin saber las sorpresas que te deparará la vida esta vez, y anochecer sintiéndose pleno, pensando que la felicidad ha estado en la misma calle que tú, y que has mantenido una conversación con las sonrisas; se encuentra en planes fuera de lo común, en cosas nuevas, en sueños por realizar y en un presente dulce y lleno de nuevas experiencias.
Y esto, señores, es lo único que yo perseguiré eternamente, lo único que merecerá la pena esperar y seguir. Y no me importa todo el sufrimiento que haya por el camino, ni las piedras que encontraré ni los tropezones, ni las caídas… al final, la recompensa será dulce. Ya casi puedo saborearla ”.

Es duro fracasar en algo, pero es mucho peor vivir con la certeza de no haber tenido ni siquiera el valor suficiente como para intentarlo.


11 comentarios:

  1. Madre mía..me he quedado sin palabras,sinceramente.
    No me acuerdo como di con tu blog,pero me alegro de haberte descubierto.
    Yo últimamente me siento..así..y no veas lo bien que me he sentido al leer esta entrada tuya.
    Me encanta como escribes chica;no deberías dejarlo NUNCA.
    Por ahora,me sumo a seguidora tuya porque ME ENCANTA.

    ResponderEliminar
  2. Te juro que cada día me gustan más tus textos, Belencilla.
    (por algún motivo, una parte de este me recuerda a Cómo conocí a vuestra madre...)
    Sí, los momentos así son odiosos, pero siempre se puede coger el teléfono y marcar cierto número... sí, a las 3 de la mañana también sirve... claro, el problema son los padres... pero seguro que ellos fueron adolescentes alguna vez, ¿no? ¬¬
    En fin... si no estoy ahí siempre, de verdad que lo siento muchísimo.
    Recuerda: va a ser legendario :)
    (por cierto, me emocioné cuando empezó el tema de Forrest Gump...)

    ResponderEliminar
  3. ¿Pero cómo haces para escribir ese texto taaaaaaaan sumamente increíble? Estoy sin palabras, de verdad. Cuantas veces habré pensado yo en eso...
    Increíble, repito: increíble.

    ResponderEliminar
  4. pufff precioso texto y fotos! adoro tu blog(L)

    ResponderEliminar
  5. Me encanta, sencillamente ..ME ENCANTA...
    Es más positivio que el anterior...
    Me gusta eso de "Buscar la felicidad"...Pero la felicidad llega cuando menos te la esperas.
    Y sobre todo ,me gusta la idea de no tener que pensar;de dejar los malos acontecimientos en otra parte , en un rincón tal vez ; de intentar salir de ese lago que pensamos que no tiene fin ...Pero que poco a poco el horizonte se desvanece y se convierte en piedras , en hierba , en árboles...En algo en lo que nos podemos apoyar para seguir adelante , para levantarnos y para no seguir en la oscuridad...Para volvernos a caer , pero siempre levantandonos...

    IMPRESIONANTE !
    UN BESO

    ResponderEliminar
  6. No sé de donde sacarás tu inspiración pero olé!
    Que razón tienes en todo! Un beso guapísima

    ResponderEliminar
  7. A mi también me encanta la de Nickelback, es genial para escucharla en momentos de bajón, es que es tan bonita...1besito!

    ResponderEliminar
  8. Qué precioso Belén!
    Me ha encantado!
    Muakk

    ResponderEliminar
  9. Me has dejado maravillada, de veras.
    Muchísimas gracias por pasarte, hace unos días que no actualizo, pero en seguida me pondré manos a la obra:)
    También gracias por las canciones, me encanta pasarme por aquí y saber que tú también me lees, un beso:)

    ResponderEliminar
  10. Me encanta y son unas cosas muy ciertas, pero a la vez bonitas, leo todos los dias tu blog y cada vez me gusta mas!xD
    1Beso(:!

    ResponderEliminar