jueves, 30 de diciembre de 2010

Me miro en el espejo y veo tu mirada.

Sé dónde encontrarla, siempre que se disgusta viene aquí. A veces me cuenta que le gustan tus maneras, tus miradas y ese perfume que llevas. Me dice que cuando llega a casa siempre huele a ti, que hay veces, que se pierde en los recuerdos, que pierde la noción del tiempo. Dice que es muy dulce cuando te oye reir, que siempre espera poder volverte a encontrar. Me cuenta que ya no entiende más tu idioma, que sólo entenderá lo que dices, si se lo dices sin palabras. Siempre que me cuenta una historia sobre ti, me dice que eres como una droga, me dice que le gusta pensar eso, pensar que te necesita, que se pierde si no estás cerca. Aunque hay veces que se nota en su mirada que te siente lejos a pesar de estar separados por unos pocos centímetros.

Te lo dice a su manera, pero siempre te pide que te quedes un poco más. Dice que ha ideado un plan, que robará un pedazo del tiempo y que te pedirá: por favor, que un momento juntos, que sea eterno.

Se frustra cuando te ve marchar en la otra dirección, hay veces que siente como si no tuviera ni una oportunidad. Cada vez que rozas su mano sube por ella un sentimiento que recorre todo su cuerpo y pasa por sus venas. Quiere decirte que te necesita, pero no sabe como encajar esas palabras en la corta historia vivida sin que suene a hipocresía. Tantas veces se pregunta qué pasa por tu mente y se frustra por no tener un poco de valor, por tener pánico al dolor, temor a los cambios, por ser tan débil cuando estás alrededor.
Aquí no hay mentiras, ni verdades completas. Intenta decirte como se siente, pero cada vez que lo intenta todo se vuelve un poco irreal. No es tan fuerte como piensas.
Hay veces que la encuentro en este lugar y ya no me dice nada. Calla, pero su mirada habla. Me habla de historias tristes, de historias que acaban. De besos que no llegan, de llamadas que aún espera.
Veo como se ríe del tiempo, cuando recuerda que un día le dijo que lo curaba todo.
Me dice que quiere abandonar esta batalla, pero que sabe que merecerá la pena luchar por ello.
Después de tanto tiempo, oyendo sus historias, notando ese vacío en su corazón por el que tanto tiempo ella lloró. Después de todo eso, un día, se levantó de ese lugar, miró al horizonte. El sol se escondía encogido por la grandeza de su mirada. Se giró hacia mí, y me dijo:
Este corazón libre nunca volverá a estar roto.

jueves, 23 de diciembre de 2010

This is how we do: we make a move and act a fool.

A veces nos sentábamos a esperar por las estrellas. Pero últimamente el cielo no puede estar más gris, y tu sonrisa no puede estar más apagada. Ya en el fondo de tus ojos no leo el deseo, están vacíos. El viento glacial abre un abismo entre nosotros. Estuve tan sola contigo rondando por mi mente, esos sueños en los que tú me acariciabas mil veces.
Pero este había sido un día perfecto, ni una sola nube en el cielo. Había sido un día perfecto, viendo la puesta de sol desde el capó de tu coche. Con mi deseo reflejado en tus ojos que me decían ven, acércate. Anochecer contando tus lunares, amanecer con un nuevo color de tu sonrisa. Y te seré sincera, quiero que sepas, que todo lo que tenemos no es mucho, pero que deshiela los polos, que hacer sentir calor al sol, que llena corazones.
Bebiendo cafeína para mantenernos despiertos, manteniéndonos despiertos para no soñar. Que si sueño cuando me despierte ya no estarás. Que cuando tú estás aquí el sueño y la realidad se confunden y me hacen temblar. Temblando y brillando, porque hoy es todo lo que tenemos. No quiero dar las buenas noches, este es el día perfecto para tumbarnos en la hierba y hablar, hablar por horas. Y beberme tu sonrisa, pasearme por tu piel y ver mi mirada reflejada en tus ojos que te dicen: Esta noche, quédate.
Date cuenta que cuando el sol cayó, cuando la luna tímida empezaba a reflejarse en el mar, tú y yo ya teníamos algo.
Tengo paciencia, pero todo lo que tenemos me sabe a poco, mira, fíjate, el amor está por allí, un letrero grande, luces de neón. Fíjate cuanta gente se desvía del camino principal, fíjate cuanta gente se adentra por ese camino sin saber su final. Cuantos de ellos lo dejan todo nada más entrar. Unos irán con ilusión, llenos de pasión; otros con miradas que hielan, corazones de piedra. Y, ¿cuántos de ellos llegarán al final de ese camino juntos? Solo unos pocos. Venga sigamos el sendero. No te digo que esto dure hasta el final pero podemos divertirnos un rato, jugar a que yo te quiero y que tú necesitas mis besos.
Abramos caminos, cerremos heridas. Y si ves que la duda te asalta te guío yo.
Entonces dime, ¿Qué estás haciendo tú…
sin mí? Vamos, que hoy ha sido un día perfecto, que has hecho mi mente volar, que tenemos todo el tiempo del mundo para descubrirnos. Quédate esta noche, podemos pasarnos horas hablando, nuestra canción favorita sonará en la radio y giraremos sobre nuestros talones bailando algo improvisado. Mi pelo se enredará entre tus dedos y mi piel se estremecerá con tus besos. Tu sonrisa pondrá el color a esta noche, yo pondré la ilusión. Y todo lo que tenemos no es mucho, pero es como una manta a un mendigo, un rayo de sol en medio de tanto frío, algo que salva, que quema por dentro.
Quédate esta noche, porque esta noche no hay otro lugar en el que se suponga que deba estar; salvo a tu lado.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Although no one understood.

Hay sentimientos que solo se pueden entender sintiéndolos. Como cuando entristecido el corazón encuentra una cama vacía, habiendo estado llena de pasión la noche anterior, y sabedor de que nunca va a volver a respirar tu olor.
Hay placeres que forman parte de tu vida y que mueven recuerdos una vez los avivas. Como cuando todo está en silencio, cuando las ideas se ven pasar, cuando el vuelo de un pájaro resulta tan ruidoso como un tren llegando a la estación.
En esos momentos, cuando tus ojos azules parecen más azules y refrescan en un día de verano mientras tu sonrisa tímida detrás de esos labios saluda a un nuevo día.
Cuando nuestros labios se separan emiten un sonido reprochador.
Cuando pisas hojas secas y suena como que el mundo se cae.
Cuando una caricia se oye, y se siente más dentro.
Cuando el ruido de una teja suelta azotada por el viento no te deja conciliar el sueño.
Cuando te sirves la leche de una mañana en la taza y el sonido parece hasta ridículo.
Cuando te grito con la mirada que ya no te necesito.
Cuando tus manos se enredan en los bucles de una dama sin permiso.
Cuando uno se deja caer sobre la nieve; y más tarde se oye el dulce crepitar de la chimenea.
Los aplausos, los que te hacen sentirte orgulloso.
Los abrazos, los que te llenan y los que te dejan el corazón helado.
Las lágrimas, las que te conmueven y encojen el alma.
Las palabras, que ennoblecen a aquellos que saben usarlas.
El latir de un corazón, el ritmo, la tranquilidad.


sábado, 4 de diciembre de 2010

I can see it in your eyes, I can see it in your smile.

El amor no es juguete del tiempo, no es faro que derriba una tempestad. El amor aguanta, sigue en pie, lo soporta todo hasta el final. El amor nunca muere; mientras brille una estrella que contemplar; no se agota, nace cada vez que nuestras miradas se rozan. El amor resiste a las horas, los días, las semanas, al paso de un vendaval por la ventana.
El amor vivirá mientras viva una madre; mientras haya una ciudad; mientras una mejilla se sonroje; mientras haya una sonrisa que de color a la mañana; mientras exista un piano y unas manos de nieve que lo acaricien; mientras haya un recuerdo; y la sonrisa de un niño inocente a la que la vida se presentará.
El amor morirá el día que deje de amanecer, el día que el sol se esconda porque le dé vergüenza ver en lo que hemos convertido el mundo. El día que la codicia y la envidia se apoderen de nosotros y ya no haya más miradas con palabras, ni caricias con manos entrelazadas, ni melodía para el corazón.
Amor es el brillo en el fondo de tus ojos azules. Amor es despedirse y nunca irse.
Aunque nadie nunca haya entendido esto, y luego nunca nada vaya a suceder. Aunque tu mirada nunca vuelva a quemar mi piel, ni tu sonrisa me eleve hasta el amanecer... yo sigo aferrada a ello como si me encontrara en medio de una corriente.
Ei, hola de nuevo. Aquí estamos los dos, como supone que deberíamos haber estado. ¿Qué tal te va la vida? Sigo susurrando la melodía, sigo leyendo los versos de nuestras vivencias ¿Olvidaste de qué iba la historia? Si, esa en la que hay una chica tonta.
Qué bien me hace verte sonreir… y aunque no digas lo que hay en tu mente, tan solo con que respires… para mí no hay nadie más con quien debiera estar. Es tan hermoso oírte reir.
Tengo un plan, robaré un trozo del tiempo que me sobra y me acompañarás, y susurraremos esos versos de nuevo, esos versos de nuestra historia. Y aunque no digas lo hay en tu mente… nosotros deberíamos recordar. Creemos un nuevo recuerdo. Cántame esa canción, dedícame unas palabras, robemos el tiempo y encerrémoslo en este verso, que sea eterno, eterno…
Y si esto no es amor, dime qué diablos estamos haciendo.
Atravesar el aire que nos separa y sellarlo con un beso. Si es que apenas puedo respirar… aquí tú y yo, como siempre se supone que debió ser. Y si no sabes que decir, lo entenderé, y si no te quedas… qué fácil alcanzar el sol en un amanecer, mucho más que sacar de tus labios un quizás. Nosotros deberíamos estar… nosotros deberíamos ser…
Te diré un: hasta que el viento te vuelva a traer. Y acabaremos esta historia. "Mientras escribiré los versos más tristes de la historia".