domingo, 15 de junio de 2014

Am(arte).

Amar es encontrar,
perder (el control);

acertar,
tropezar (con tus pestañas);

soñar,
crear (ilusión);

despegar,
aterrizar (en tu piel);

aprender,
olvidar (tu ausencia);

comunicar,
gritar (con la mirada);

besar (para callar),
callar (a besos).

Amar es presente,
pero, sobre todo,
es la esperanza de un futuro.

sábado, 7 de junio de 2014

La nostalgia del séptimo día.

Desde que me dejaste ya no sigo la misma melodía. Ya no miro de la misma manera, ni guardo con cautela mis palabras. Los espejos ya no son enemigos en las noches de nostalgia. Ahora son puertas que pintan el mundo de otro color, a través de los que mirarme fijamente a los ojos y decirme "eh, mira, después de todo, seguimos aquí".

Desde que ya no "somos", mi piel se ha fundido con la pluma, los folios son ahora el reflejo de mi alma, escribo historias, describo sentimientos y belleza; mis lunares también pueden contarte alguna que otra historia nueva, y las yemas de mis dedos han explorado sin miedo más mundo, desde que me dejaste.

He descubierto, desde que soy "yo", que el miedo no es algo que debiera estar a la orden del día. Fíjate, resulta que hay personas capaces de criticarte sin hundirte, de apoyarte sin apartarse de repente, precipitándote en una caída en la que... Sálvese quien pueda. Resulta que existen personas capaces de ver belleza en las ojeras un domingo por la mañana, y gente capaz de curarme las heridas internas a base de besos y no de reproches.

Desde que "no eres tú, soy yo", he aprendido que "tú" estás mucho mejor lejos si no eres capaz de despertarme por dentro. Ha llegado a mi vida gente llena de luz, con un pico y una pala, dispuestos a reconstruir todo aquello que tú destrozaste. Me convertiste en caos. Por suerte, hay gente capaz de convertir mi caos en arte.

¿Y ahora qué, desde que me dejaste? Ahora, es una nueva vida. Resulta que sí que soy fuerte, y sí que puedo hacerlo. Pero, ¿a que no sabes qué? El fallo estaba en que tú no creías en mí. Nunca lo hiciste y nunca te interesó, no fuera a ser que pudiera ser mejor que tú en algo.

Ahora escribo, la gente me lee, y me entiende y, a veces, consigo emocionar. Resulta que hay personas que son poesía pura, personas que son lienzo, que son arpa, y estoy aprendiendo a tocar, a seguir otras melodías diferentes a la tuya. Melodías que esperan, melodías con paciencia, melodías que, si te caes, no siguen caminando sin ti, si no que te agarran del corazón con fuerza para que no se rompa, y te levantan.

Tú me habías dicho que un cuerpo bonito marca la diferencia, pero no me dijiste que había sonrisas que son paisajes, ni miradas que son faros de luz. Claro, tú habías dejado de mirarme, por temor a que leyera la verdad en el fondo de tus ojos.

Tú me decías que se me iba a escapar la vergüenza por debajo de la falda, pero sólo era porque no soportabas que otros dibujaran con la mirada mi silueta. De lo que no me avisaste era de que se me iba a perder el tiempo por entre los remiendos de mi corazón.

Pero eh, mírame, además, desde que me dejaste, he aprendido a bailar.