viernes, 27 de enero de 2012

You can stand under my umbrella.

La noche se congela y olvida nuestros besos, nuestras miradas, seguimos hacia delante como podemos, sabiendo que siempre habrá alguien a nuestro lado que nos hagan la caída menos dura, pero que no podrán pararla, y desde abajo, todo se ve distinto. Es difícil y complicado. Cuando consigues lo que quieres, pero en vez de sentirte lleno de satisfacción, no puedes parar de pensar que en cualquier momento, puede irse. ¿Y por qué no puede uno disfrutar del momento? Tengo miedo a volver a caer en los mismos errores, a dar todo lo que antes no fui capaz de dar, a ser todo lo que un día tu quisiste que fuera, pero quizás ahora eso ya no sea suficiente, quizás ahora sea yo la que no encaje en esta historia. Pero si te vas, o si decido que ya no puedo continuar, al menos sabré que comprimí toda nuestra historia en unos pocos atardeceres, mas calmados, ya sin prisas, sabiendo que el destino nos pisa los talones, que es inútil tratar de huir. Me acabaran arrancando de tu lado, y puede que ese futuro sea cercano, por ello quiero llevarte a los rincones más bonitos de esta ciudad, quiero que exploremos juntos terrenos que no conocemos, decirte todo lo que uno vez no me atreví a confesar, y que el tiempo me arrancó de mis labios, al igual que tu compañía, quiero cenar en restaurantes, ver amaneceres, que me digas que nunca me habías necesitado tanto, que la playa sea nuestro segundo hogar, después de la cama. No quiero que volvamos a ser lo que éramos antes, no quiero pensar que en realidad nunca seremos más de lo que fuimos, cuando te fuiste prometí que si volvías haría que el invierno pareciera primavera. Sé que antes de que me dé tiempo a suspirar, a echarte de menos, te habrás ido, y no quiero perder el tiempo pensando en que te echo de menos, cuando aún no te has ido. Ahora que puedo, cada vez que te necesite, iré a buscarte; cada vez que sienta que el mundo se me derrumba, te llamaré. No sé lo que sientes por mí, tampoco sé lo que hay entre nosotros, pero creo que es hora de dejar caer un muro, de aprovechar los últimos minutos que nos quedan.